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Navegadores y estándares web

Hay dos elementos que han resultado fundamentales a la hora de explicar como internet ha alcanzado el nivel de popularidad actual: los navegadores y los estándares web.

Fue en el año 1991 cuando Tim Berners Lee crea la primera página web, con el fin de explicar el funcionamiento de WWW (Word Wide Web). Así, los (escasos) visitantes de dicha página podrían conocer elementos hoy tan cotidianos como el hipertexto o el proceso de creación de nuevas páginas.

Como es sabido, para poder visitar páginas web se necesita un navegador que pueda interpretar los archivos descargados a través de la red de internet, haciendo posible su lectura a los usuarios. Los primeros navegadores se utilizaban en ámbitos universitarios muy reducidos y no estaban sujetos a un estándar que permitiera la extensión de estas tecnologías de forma masiva.

Principales navegadores web

Principales navegadores web

El primer navegador en extenderse fue Mosaic (1992), orientado inicialmente a sistemas Unix. Un año después se desarrolló una versión  para Windows. Pero fue Netscape Navigator el primer navegador en alcanzar altas cotas de popularidad, al mejorar sustancialmente el rendimiento repecto a Mosaic.

En 1995 nace Internet Explorer para, poco después, convertirse en el navegador más popular aprovechando su posición hegemónica en el mercado de los Sistemas Operativos (esta práctica ha sido sistemáticamente denunciada como competencia desleal).

En los años sucesivos aparecerían nuevas versiones de Internet Explorer y Netscape Navigator. Este último dejo de actualizarse en 2008, liberando su código fuente y sirviendo de base para el lanzamiento de un navegador de código abierto muy popular hoy en día: Mozilla Firefox.

A lo largo de estos veinte años aparecieron otros navegadores como Safari, Opera o Google Chrome, además de versiones modificadas y orientadas a la distribución de diferentes dispositivos y marcas comerciales.

A día de hoy, Internet Explorer ya no es el navegador más utilizado y su lugar ha sido ocupado por Google Chrome. En este gráfico podemos hacernos una idea del actual estado de las cosas en el (competitivo) mercado de los navegadores web:

Estadística comparativa del uso de los navegores en el mundo

Estadística comparativa del uso de los navegores en el mundo

Cabe resaltar la revolución que ha supuesto la aparición de dispositivos como los teléfonos con acceso a internet (smartphones) o las tablets. Esto ha obligado a los desarrolladores de navegadores web y, especialmente, a los de sitios web, a adaptarse a esta nueva realidad. Los principales navegadores del mercado han creado versiones orientadas a estos nuevos dispositivos y un buen número de sitios web ya se desarrollan con versiones adaptadas específicas para móviles o tablets. En otros casos se opta por el responsive web design (diseño web adaptativo)  en los que una mismo sitio web se visualiza de forma distinta dependiendo el dispositivo con el que se esté visitando.

Diseño web responsive

Diseño web adaptable o adaptativo

Pero si tenemos que destacar un agente modernizador a lo largo de estos años, éste sería el consorcio W3C. Según su propia presentación:

El World Wide Web Consortium (W3C) es una comunidad internacional que desarrolla estándares que aseguran el crecimiento de la Web a largo plazo.

logotipo del consorcio W3C

Logotipo del Consorcio W3C

El rol del W3C tiene una importancia capital y es que ha sido el encargado de definir un conjunto de prácticas estandarizadas a la hora de crear sitios web. Las recomendaciones de este consorcio hacen posible que los desarrolladores de todo el mundo tengan un patrón a la hora de codificar los sitios web. Este patrón permite que una página web que siga dichas recomendaciones pueda ser visualizada en igualdad de condiciones por cualquier usuario, independientemente del Sistema Operativo o el navegador que utilice.

A continuación se incluyen algunos de los principales estándares web recomendados por W3C:

  • HTML: Lenguaje de marcas de hipertexto. Se trata de un lenguaje de marcado con carga semántica que pueden interpretar todos los navegadores del mercado. También tiene una gran importancia en ámbitos como el posicionamiento orgánico en buscadores (SEO) y la accesibilidad web (permitiendo, por ejemplo, el acceso a los contenidos web a las personas discapacitadas). En la actualidad los sitios web se suelen desarrollar en la especificación HTML5.
  • CSS: Hojas de estilo en cascada. Éstas nos permiten determinar la apariencia de los contenidos de un sitio web (el diseño). En los últimos años también posibilitan la generación de contenidos adaptables a móviles o tablets. La especificación actual de las hojas de estilo es CSS3.
  • DOM: Modelo de objetos del documento. Este estándar permite el acceso y la manipulación de distintos elementos de una página web para, entre otras cosas, facilitar la interacción del usuario con el sitio web.

Existen otros elementos relacionados con los estándares que no dependen directamente de W3C, como el lenguaje Javascript, que nos permite controlar el comportamiento del sitio web ante determinados eventos o interacciones del usuario. En este caso, la estandarización viene de la mano de Ecma International.

En resumen, podríamos decir que los estándares web son un instrumento que nos permite crear contenidos y aplicaciones web independientes de la plataforma (sistema operativo) y el dispositivo, garantizando el acceso a la mayoría de los usuarios de internet y la correcta comunicación entre diferentes aplicaciones. Por ejemplo, hoy en día es posible “empotrar” un vídeo de Youtube en un blog gracias al HTML5.

La oficina española de W3C se encuentra en el parque tecnológico de Gijón.

Internet Explorer 6 & 7 are dead

Todos/as aquellos/as que nos dedicamos al desarrollo web sufrimos una pesadilla recurrente: que nuestros sitios web no funcionen correctamente en las versiones 6 y 7 del navegador Internet Explorer.

Datos de Microsoft sobre el declive de IE6 (click en la imagen para acceder a los datos actualizados)

Datos de Microsoft sobre el declive de IE6 (click en la imagen para acceder a los datos actualizados)

Quien escribe esto, además de desarrollar sitios web, lleva muchísimos años impartiendo formación. Uno de los cursos que más veces he impartido es el de «Diseñador Web y Multimedia«, además de otros cursos específicos de HTML y CSS (últimamente HTML5 y CSS3), módulos de accesibilidad y usabilidad web y otras materias en las que la maquetación web y sus estándares han estado muy presentes. En dichos cursos, la secuencia didáctica, lógicamente, va in crescendo. El alumnado va asimilando, poco a poco, diferentes elementos de HTML, después de CSS, para acabar construyendo un layout sobre el que desarrollará el trabajo, llamémoslo así, de filigrana (especialmente en CSS y, en ocasiones, Javascript). Hasta aquí todo bien… por poco tiempo.

Infografía sobre el declive de IE7 (los datos son más o menos coincidentes con los aportados por Global Stat Counter)

Infografía sobre el declive de IE7 (los datos son más o menos coincidentes con los aportados por Global Stat Counter)

Y es que, pongamos por caso, un objetivo para uno de estos cursos puede ser la maquetación de un sitio web (estático o dinámico) con CSS, partiendo de un diseño previo (por ejemplo en un fichero PSD). Ahí es cuando surge el problema/pregunta planteado por cualquiera de los alumnos/as: «Profe, el menú no se me ve bien en Explorer 7«, «La caja de contenidos no llega hasta abajo» y un largo (interminable) etcétera de problemas que, en más de una ocasión, me han metido en un aprieto. Eso sí, de dicho aprieto siempre se acaba saliendo pero, para salir, y seguro que muchas de las personas que están leyendo este blog lo han vivido, debemos acudir a una serie de parches, reseteadores, scripts y otras «trampas» que, efectivamente, nos solucionan el problema… para fastidiarnos la validación de los estándares de la W3C 🙁

Estadísticas del uso de los navegadores

Estadísticas del uso de los navegadores de Global Stat Counter (gs.statcounter.com)

Pues bien, todo parece indicar que el uso de nuestros navegadores pesadilla, los inefables IE6 y IE7, está bajo mínimos. Tanto es así que un formador ortodoxo como el autor de estas líneas ha decidido abandonar definitivamente el desarrollo web orientado a estos navegadores. Los tiempos del contra-estándar han llegado a su fin. Larga vida a los nuevos navegadores, los nuevos dispositivos, el diseño web responsable (o adaptativo) y a frameworks como Bootstrap.

Parafraseando y mutando la vieja estrofa de los Smiths: Internet Explorer 6 & 7 are dead 🙂